El 11 de enero de 1933, en la localidad de Casas Viejas, Cádiz, se produjo la insurrección de un grupo de anarquistas, provocada por la dramática situación que vivía el campesinado y la radicalización que venía sucediéndose en la CNT. La reacción del Gobierno fue demoledora, el envío de la Guardia Civil y la Guardia de Asalto que entraron a tiros en el pueblo, incendiaron la casa donde se refugiaban los líderes del movimiento y llevaron a cabo una serie de juicios sumarísimos fusilando a los responsables y sospechosos del suceso. La noticia conmocionó al país dañando la imagen pública del gobierno de Azaña.