Director: Sergei M. Eisenstein.
Guión: Sergei M. Eisenstein, Valeri Petnyov y colectivo Proletkult, con la colaboración de Esther Choub.
Fotografía: Eduard Tissé.
Montaje: Sergei M. Eisenstein.
Aleksandr Antonov (agitador), Mijail Gomorov (obrero), Maksim Chtraukh -Straj- (delator), Grigori Aleksandrov (contramaestre), Ivan Ivanov (jefe de policía), Ivan Kluvkine (activista). SINOPSIS. Los obreros de una empresa metalúrgica en la Rusa zarista de 1905 están descontentos y decididos a ir a la huelga. El director comunica sus sospechas a altos funcionarios políticos y éstos envían a sus informadores, mientras se producen reuniones conspirativas de los trabajadores. La tensión se dispara cuando un obrero se suicida al ser acusado injustamente de robo.
La idea de realizar «La huelga» nació en el seno del colectivo de cine formado por un grupo de jóvenes miembros del Teatro Central del Proletkult de Moscú, que aprobaron un proyecto para rodar una serie de películas con el título genérico de Hacia la dictadura (del proletariado), cuyo objeto era divulgar las enseñanzas recibidas por los obreros rusos durante la etapa prerrevolucionaria: la huelga, la actividad clandestina, la publicación de revistas y manifiestos en la clandestinidad, la organización política, etc. El colectivo, bajo la supervisión de Eisenstein y Valeri Pletnev, comenzó a trabajar en varios guiones, siendo «La huelga» el quinto de la serie y el único que se llevaría a término de los 7 proyectados. Con ella, aparece por primera vez en el cine una acción colectiva cuyo único protagonista es la masa, suponiendo una ruptura total con el cine anterior, en el que los conflictos estaban basados en una concepción individual del héroe; por ello, se trata de una obra totalmente opuesta a la ideología individualista burguesa y al espectáculo cinematográfico tradicional, basado en la atracción que ejerce una determinada estrella sobre el público como resultado de una publicidad orientada al consumismo.