Dirección: Stijn Coninx.
Argumento: basado en la novela homónima de Louis Paul Boon.
Guión: François Chevalier y Stijn Coninx.
Fotografía: Walther van den Ende y Walton Green.
Montaje: Ludo Troch.
Música: Dirk Brosse.
Producción: Jean-Luc Ormieres.
Productora: Dirk Impens para Favourite Film.
Jan Decleir (Adolf Daens), Gerard Desarthe (Charles Woeste), Antje De Boeck (Nette Scholliers), Michäel Pas (Jan De Meeter), Johan Leysen (Schmitt), Idwig Stephane (Eugene Borremans), Herbert Flack (Vanlangenhove), Max Croiset (padre Abbot), Julien Schoenaerts (obispo Stiellemans).
A finales del siglo XIX un sacerdote jesuita maduro y temperamental, el padre Daens, llega a la ciudad industrial flamenca de Aalsst donde su hermano dirige un periódico local, “El Trabajador”, vinculado al Partido Católico. Allí se enfrenta al drama de la miseria y explotación en que viven los obreros flamencos de las fábricas de hilaturas de algodón y, a través de una serie de artículos inspirados en el catolicismo social de la Encíclica Rerum Novarum, denuncia la situación, ganándose la animadversión de las “fuerzas vivas” encabezadas por Woeste, jefe del partido católico y abanderado de los propietarios de las fábricas. Estos boicotean la encuesta de una Comisión de Investigación parlamentaria y, tras la brutal represión de una manifestación espontánea de protesta de los trabajadores provocada por la muerte de un niño bajo una máquina de hilar, Daens decide erigirse en su representante. Crea un partido de orientación democristiana, apoyado por los liberales y cuyas propuestas de justicia social atraen a muchos obreros católicos que se sienten defraudados por el alineamiento con la patronal del partido confesional, y se presenta a las elecciones, derrotando al candidato oficial. Una vez elegido diputado, se enfrenta a Woeste, que presiona a la jerarquía católica para que le imponga el silencio y acabe con su carrera política. Daens se debate entonces entre el dilema de seguir los dictados de su compromiso social u obedecer como sacerdote las órdenes de sus superiores.
Daens constituye una interesante aproximación cinematográfica al problema de las consecuencias sociales de la industrialización a través de la historia real de un sacerdote católico belga. Aunque en ocasiones exhale cierto tono panfletario que convierte al protagonista en un nuevo “Robin Hood”, un héroe romántico capaz de enfrentarse a todo y dotado de un irresistible carisma, destacan, sobre todo sus virtudes, comenzado por la cuidada ambientación -una espléndida recreación de las condiciones de trabajo del proletariado fabril- o su excelente reparto y culminando, especialmente, en su habilidad para recorrer un amplio abanico de cuestiones de gran interés histórico: la explotación de la mano de obra femenina e infantil, las tácticas patronales, el impacto de las teorías socialistas, la toma de conciencia de los trabajadores, la implantación del sufragio universal y la corrupción electoral, la relación entre religión y política, la marginación de la comunidad flamenca...