FICHA TECNICA
Dirección y Guión: Peter Watkins.
Productora: 13 / ARTE / La Sept Cinema / Musée d'Orsay.
Eliane Annie Adalto, Pierre Barbieux, Bernard Bombeau, Maylis Bouffartigue, Geneviève Capy, Anne Carlier, Véronique Couzon, Piotr Daskiewicz, Nicole Defer, Caroline Esnard-Benoit, Roland Fontaine, Przermyslaw Galkiewicz, Jean-Michel Gallois (212 habitantes de la región parisina, Picardía, Limousin y emigrantes argelinos, marroquíes y tunecinos).
Paris 1871: Adolphe Thiers, jefe ejecutivo del gobierno nacional provisional, se enfrenta al desafío de las actividades revolucionarias en la Guardia Nacional de Paris. La derrota durante la guerra franco-prusiana dejó a Paris sumida en el caos, mientras la población sufre un desempleo masivo y el hambre. Ello tuvo como consecuencia la creación de “clubes rojos” liderados por numerosos batallones de la Guardia Nacional; Thiers y su gobierno se replegaron a Versalles mientras la insurrección se apoderaba de los suburbios de París y, poco tiempo después, tomaba el Hotel de Ville (ayuntamiento general de la ciudad) en el corazón de la ciudad. Los “comunards” crearon del 26 de marzo al 28 de mayo 1871 “La Comuna” y establecieron cambios sociales de orientación socialista, como la separación entre iglesia y estado, la laicidad de las escuelas, formación profesional para las mujeres y otros.
Profundo análisis sobre la Comuna de París, rodada mezclando el estilo de un reportaje de la CNN con los esquemas tradicionales del drama histórico. En este trabajo de reconstrucción de los acontecimientos revolucionarios acaecidos en el París de 1871, Watkins imagina la existencia de dos cadenas de televisión (la televisión de Versalles y la de la Comuna) para realizar una confrontación dramática entre las formas políticas de ver y representar unos determinados hechos. Peter Watkins justifica la necesidad de la película en el contexto de la lucha por una utopía social colectiva (como el de La Comuna) ya que la humanidad hoy en día ha caído en el oscurantismo posmodernista: “la eliminación del pensamiento crítico y humanista en los esquemas educativos; la desproporcionada avaricia motivada por la sociedad de consumo, que deja a tanto mundo al margen; la crisis ecológica y ambiental bajo la globalización; el doloroso aumento de la explotación del Tercer Mundo, al igual que el deshauciante conformismo y la estandarización causado por la sistemática audio-visualización del planeta, han ido sinérgicamente creado un mundo donde la ética, la moral y el humanismo son considerados antigüedades. Donde el exceso y la explotación económica se han vuelto la norma general, han enseñarse inclusive en las escuelas”.